sábado, 27 de agosto de 2011

Un mundo sin abejas

Einstein dijo una vez : "Si la abeja desapareciera del planeta, a la humanidad le quedarían 4 años de vida"


La población de abejas esté disminuyendo a tasas alarmantes a nivel mundial, un asunto que debe quitarnos el sueño a todos, ya que sin ellas no hay alimento. A esto se suma otro problema: los humanos no dejan de reproducirse y la población sigue en aumento de forma escalofriante.
La abeja es el agente polinizador por excelencia, es decir, es la especie encargada de lograr la reproducción en las plantas, logrando el intercambio genético para generar las verduras, frutas y cereales que nosotros comemos.
Hay que comprender que sí o sí la relación ABEJA - SER HUMANO es estrecha. Si no hay abejas no hay ser humano, si alteramos la calidad de vida y el éxito como especie de la abeja, estamos cavando nuestra tumba.
La desaparición de las abejas es casi tan grave como si el sol se apagara, porque detenemos el ciclo de vida de las plantas, la base de la cadena alimenticia. Todo parte de allí.


¿Por qué las abejas están desapareciendo? 

Pareciera ser una combinación de factores;  entre las causas probables figura la intensificación de la agricultura con el uso de agroquímicos, que se muestran tóxicos para las abejas y otros insectos. 
Otra posible causa es el cambio climático y sus efectos en el calentamiento global y variaciones en el régimen de lluvias, con inundaciones y sequías, los cuales podrían alterar los patrones estacionales de comportamiento de las abejas, que de este modo, caerían víctimas de fríos y calores extremos. A modo de ejemplo, el impacto negativo de las sequías se traduce en una disminución del número de plantas que florecen, con lo cual el néctar que se produce y recogen las abejas es menor y con ello, la floración y formación de frutos merma en forma considerable.
A lo anterior, hay que sumarles: los ataques por nuevos parásitos que contaminarían a las abejas como el caso del Nosema ceranae, un protozoario originario del sudeste de Asia; y la pérdida de la biodiversidad.
Por último, hay quienes sostienen que la saturación de las ondas electromagnéticas de los teléfonos móviles o celulares, más las antenas de repetición de móviles en zonas rurales, son una de las causantes de la desaparición de las abejas, porque las desorientan en sus vuelos desde las colmenas a las fuentes de alimentos (néctar, polen, agua) y viceversa.

QUÉ PUEDE HACERSE
En numerosas partes del mundo, las abejas desaparecen. La contribución que como personas podemos realizar se basa en aplicar una o más prácticas de cuidado y conservación del medio, desde cuidar los recursos naturales (suelo, agua, humedales) y la biodiversidad, plantar árboles; promover la biodiversidad; proteger a los animales sobre todo domésticos; hasta utilizar prácticas conservacionistas de producción agrícola con empleo mínimo de agrodefensivos químicos, labranza cero o mínima del suelo; rotación de cultivos y otros. Resulta obvio que las campañas educativas que se emprendan en este sentido contribuirán no solo a preservar a estos laboriosos insectos, sino también a cuidar el ambiente.


Fuente: http://diarioecologia.com/2011/02/poblacion-mundial-de-abejas-sigue-disminuyendo/#ixzz1WDXwHzIC